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Domingo XIX T.O. (C) (7 Agosto 2022) + AUDIO

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

simprepreparados

Lucas  12: 35 - 40

«Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.»

El Señor nos habla en el evangelio de hoy de dos hechos que ocurrirán antes o después en la vida de todos los hombres:

1.- La venida de Jesús para pedirnos cuentas de las acciones que hayamos realizado a lo largo de nuestra vida.

2.- La actitud que deberemos tener ante esta realidad; pues no sabemos cuándo vendrá a pedirnos cuentas: “Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran”.

Da la impresión que el hombre actual, atrapado por el día a día y por su deseo desmesurado por vivir en este mundo lo más feliz posible, haya borrado de su mente estas dos ideas.

Uno de los triunfos del demonio ha sido hacer creer al hombre, incluso a muchos cristianos, que la vida acaba aquí en la tierra. ¡Cuántas veces he oído, dicho por la boca de supuestamente creyentes: “Si hay algo después…”! Desaparecida la idea de cielo e infierno, desaparece también la idea de premio o castigo por nuestras acciones. Y ello lleva también consigo la desaparición del temor de Dios y la pérdida del sentido del pecado. La moral ha quedado reducida a “ser solidario” y “no hacer daño a los demás”.

El demonio se frota las manos, pues son mayoría los que van muriendo y van derechos al infierno. Los cristianos han dejado de confesarse bien, de dar culto real a Dios, de cumplir sus mandamientos. La gran mayoría de ellos viven en pecado mortal casi toda su vida. Y cuando están gravemente enfermos no acuden al sacerdote para que les ayude a prepararse a bien morir. Sólo se acuerdan del médico para que les alargue la vida unas horas más; en cambio no se acuerdan de ponerse en paz con Dios, el único que les puede dar la vida eterna.

A lo más que llegan algunos es a vivir una moral paniaguada donde todo o casi todo está permitido y donde los pecados que se denuncian en los Diez Mandamientos han dejado de ser tales.

No nos engañemos, al cielo solo irán aquellos que así lo quisieron y buscaron en vida. Por el contrario, aquellos que vivieron de espaldas a Dios, seguirán de espaldas (por decisión propia) en la vida futura.

El Señor, pues, nos da hoy un aviso para no ser pillados desprevenidos: “También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.”

Homilía dada por el P. Carlos en Puntas de Calnegre (11 Agosto 2013)

 

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