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Domingo XX del T.O. (C) (14 Agosto 2022) + AUDIO

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

persecucion-cristianos 

Lucas  12: 49 - 53

«He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Las palabras que el Señor nos dice en el día de hoy suenan extrañas. En realidad las tenemos que entender según el contexto y considerando la totalidad de las enseñanzas del Señor.

Por un lado el Señor nos dice en el evangelio de hoy: ”¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No he venido a traer paz sino división”.

Y por otro también nos dice: “Bienaventurados los pacíficos porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5:9 ), “Cristo es nuestra paz” (Ef 2:14), “Mi paz os dejo, mi paz os doy” (Jn 14:27).

Por un lado el Señor nos dice en el evangelio de hoy: “Desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres”.

Y por otro el Señor también nos dice: “En eso conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los otros” (Jn 13:35), y también, “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 15:12).

Lo que Señor hace es constatar lo que ocurrirá cuando intentemos ser cristianos de verdad. Habrá lucha, división y rechazo. Todo aquel que no esté con Cristo estará contra los cristianos. “Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros”. 

El príncipe de este mundo es el demonio (Jn 12:31), por lo que no podemos esperar que el mundo nos aplauda, admita y siga; más bien ocurrirá todo lo contrario. Es más, si el mundo nos aplaude podemos estar seguros que nuestra doctrina no será según Cristo sino según el demonio, pues el mundo ama a los suyos (Jn 15:19).

¡Cuántos santos tuvieron que luchar contra sus propios padres cuando les dijeron que se iban al convento o se iban a hacer sacerdotes! La primera reacción de los padres no suele ser muy cristiana. Ellos esperan algo “mejor” para sus hijos. Muchos padres piensan así: “¿para qué vas a desperdiciar tu inteligencia, tu belleza, tu carrera en el servicio de Dios? Para eso ya hay mucha gente que no tiene las aptitudes que tú tienes y que lo podrían hacer tan bien o mejor que tú”. Esa forma de proceder es el resultado de un modo de pensar: al Señor le doy la calderilla, lo que vale poco, lo feo, lo inútil…

Es muy difícil para un padre que no esté muy centrado en Dios aceptar que su hijo se deje las “glorias del mundo” para dedicarse al servicio humilde de Dios. Un padre suele pensar que su hijo vale para más. ¡Qué error tan grave! ¿Acaso hay algo más grande que servir a Dios o ser otro Cristo? ¿Acaso hay algo más grande que Dios haya puesto sus ojos en ti, se haya enamorado de ti y te llame para una vida de total intimidad y entrega?”

Cuando un padre no es capaz de entender y aceptar los caminos de Dios es cuando se hace realidad lo que el Señor nos dice en el evangelio de hoy: “… estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.

Homilía del Padre Carlos en Puntas de Calnegre (18 Agosto 2013)

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