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Fiesta del Bautismo del Señor (A) (8 enero 2023)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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Mateo 3: 13 - 17

Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?» Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.» Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»

El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía se celebra la Fiesta del bautismo de Cristo. Con él, se cierra el tiempo de Navidad; para así comenzar a partir del lunes el tiempo llamado Ordinario; el cual se verá interrumpido con el Miércoles de Ceniza (comienzo de la Cuaresma).

Cuando Cristo se metió en la fila para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía qué hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14).

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos: el de Juan y el bautismo sacramental que nosotros recibimos:

  • El de Juan: se hace con agua; es un bautismo exterior que se hace como signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
  • El de Jesús o sacramental: es un bautismo en el Espíritu Santo; produce una renovación interior, ya que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”, perdona el pecado original, nos hace hijos de Dios y miembros de su Iglesia.

¿Por qué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? Es el "modo" que Dios emplea para salvarnos. Se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial". Ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El “cielo abierto” (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) representa el comienzo de una nueva etapa en la relación entre Dios y los hombres. Es el mismo Dios Padre quien nos presenta a su “Hijo amado”. El Espíritu Santo, en forma de paloma, culmina esta escena trinitaria.