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2º Domingo del T.O. (B) (14 enero 2024)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

llamada san pedro 

1 Cor 6: 17-20

¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?

La segunda lectura del día de hoy nos habla de un pecado muy grave pero que hoy día se ha hecho tan común que prácticamente nadie se confiesa de Él. San Pablo nos habla de la gravedad de la fornicación y al mismo tiempo nos da las razones por las cuales no debemos cometer ese pecado: ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?

Jn 1: 35-42

Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» Les respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» - que quiere decir, Cristo. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir, "Piedra".

En el evangelio de hoy destacaremos dos ideas entre muchas otras. La primera es la actitud de San Juan Bautista cuando vio a Jesús. San Juan Bautista tenía discípulos que le seguían a él y le escuchaban; pero cuando vio a Jesús no perdió la oportunidad de hablarles a sus discípulos de Jesús para que le siguieran a Él. San Juan no temió quedarse sin sus discípulos. Su libertad de corazón le llevó a enseñarles un camino mejor: Cristo. Este debería ser el modo de proceder de los padres. Han de cuidar de sus hijos; recordando siempre que los hijos no les pertenecen. Llegará un momento en el que los hijos tendrán que volar fuera del hogar. Los padres tendrán que encaminarles para que cada uno descubra su vocación, y luego proporcionarles libertad y medios para que puedan seguirla. Por otro lado, los padres han de señalar siempre a Cristo a través de sus palabras y sobretodo de su ejemplo de vida.

La segunda idea la tomamos de la actitud de Jesús. Nada más ser bautizado Jesús por Juan, como nos dice el evangelio, llamó a sus primeros discípulos: Andrés, Pedro, Santiago y Juan. Eran gente sencilla, pescadores. Cuando vieron a Cristo quedaron cautivados por su personalidad y sus enseñanzas. Cristo les llamó y ellos dieron una rápida respuesta positiva. Cristo necesita hoy día muchos buenos sacerdotes que quieran dejarlo todo para seguirle. Él sigue llamando, pero parece ser que no hay muchos jóvenes con el corazón generoso y atrevido para darle el sí al Señor.