Cuentos con moraleja: "Entender los mensajes de la Divina Providencia"
Sucedió en octubre de 1928. El expreso del Pacífico había salido tres horas antes de la estación de Chicago, y en medio de un terrible temporal de lluvia y viento atravesaba la región próxima al Mississippi. Al llegar la noche, la visibilidad era nula y el potente haz de luz del faro de la locomotora se estrellaba contra la espesa niebla.
De pronto el fogonero vio una extraña y enorme sombra que se agitaba junto a la vía y entre la niebla iluminada. Era algo inexplicable, que jamás había visto, pero que él interpretó como señales desesperadas de alguien que intentaba detener el tren. El maquinista se burló de las visiones del fogonero, pero éste, en un arrebato, manipuló la palanca del freno y el tren se detuvo con una fuerte sacudida.
Maquinista y fogonero bajaron a la vía para efectuar un reconocimiento, e instantes después con una carcajada, el maquinista señaló una pequeña mariposa que se había introducido por una ranura tras el cristal del faro delantero. Las alas del insecto, al proyectarse, aumentadas, como en una pantalla cinematográfica, es decir, sobre el fondo blanquecino de la niebla, fue lo que dieron al fogonero la errónea visión de una sombra que agitaba los brazos para detener el tren. El pobre fogonero bajó la cabeza avergonzado. Sabía que aquel acto impulsivo iba a costarle una dura sanción y tal vez la pérdida del empleo.