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Domingo XII del T.O. (A) (25 junio 2023)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

cristianosperseguidos

“En el mundo encontraréis tribulación, pero recordad: Yo he vencido al mundo”

(Mt 10: 26-33)

“No los temáis, pues, porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, ni secreto que no venga a conocerse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, predicadlo sobre los terrados. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que el alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la Gehenna. ¿No se venden dos pajaritos por un as? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin la voluntad de vuestro Padre. Cuanto a vosotros, aun los cabellos todos de vuestra cabeza están contados. No temáis, pues. ¿No aventajáis vosotros a los pajaritos? Pues todo el que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre, que está en los cielos; pero a todo el que me negare delante de los hombres, yo le negaré también delante de mi Padre, que está en los cielos”.

En los versículos anteriores, el Señor les había dicho a los Apóstoles que los mandaba como ovejas en medio de lobos; pero que no deberían tener miedo, pues Él siempre estaría con ellos hasta la consumación del mundo. Además, si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros.

La persecución del apóstol cristiano fiel siempre fue habitual en la Iglesia; y es lógico, pues el mundo le pertenece a Satanás y ¡qué cosa más normal de Satanás persiga a Dios y a los que son de Dios! Por eso, si el mundo aplaude a un apóstol es porque no les muestra las auténticas enseñanzas de Cristo, sino las suyas propias.

Por otro lado, el apóstol ha de recordar, que no pasa nada en el mundo que se escape del control de Dios. ¿Y el mal? Dios no quiere el mal, pero lo permite, pues de ahí puede sacar bien: compartir la cruz de Cristo, endurecer nuestras almas, fortalecer nuestra virtud.

El evangelio de hoy acaba con la petición de Cristo a sus apóstoles para que sean valientes; y al mismo tiempo nos recuerda “que yo he vencido al mundo”.