Solemnidad de la Ascensión del Señor (C) (1 junio 2025)
Celebramos hoy la Solemnidad de la Ascensión de Jesucristo a los cielos.
Como nos cuenta San Lucas primero en su Evangelio y luego en los Hechos de los Apóstoles, Jesucristo, una vez concluida su estancia en la tierra ascendió a los cielos donde está sentado a la derecha del Padre. Se fue pero no nos ha dejado solos. A Él siempre lo tendremos realmente presente en la Eucaristía. Nos ha dejado también sus enseñanzas, su ejemplo… y sólo nos queda esperar al Espíritu Santo para recibir la fuerza de lo alto y así poder ser sus testigos hasta los confines de la tierra.
Hoy es una fiesta alegre y triste. Alegre porque Jesucristo ha vuelto cerca del Padre, y allí nos va a preparar un lugar; pero también triste porque nos hemos quedado sin su presencia física. Ahora, para ver a Jesucristo tendremos que usar los ojos de la fe. Verle sigue siendo posible; aunque sólo para los limpios de corazón: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt 5: 8). Siempre me ha llenado de alegría que Jesucristo subiera a la gloria del Padre, pero pienso también que esta tristeza peculiar del día de la Ascensión, es una muestra del amor que sentimos por Él. ¿Cómo no echarlo en falta?