Cuentos con moraleja: "Mi Primera Comunión"
Pedro era un niño católico de la Misión de Laguna Verde en Paraguay. En su aldea no había escuela católica por lo que tenía que ir andando todos los días a la escuela de un poblado vecino que distaba unos siete kilómetros de su casa. A él no le gustaba mucho ir, pues su maestro era un incrédulo que se esforzaba en arrancar la fe a los alumnos.
Una mañana, al pasar Pedro el puente que atraviesa el río que corre a las afueras de la aldea, percibió que las aguas habían subido debido a las últimas lluvias, lo que hacía presagiar una crecida repentina. Media hora más tarde llegó a la escuela.
Alrededor de las cuatro, terminadas las clases, Pedro volvió a su casa. Al atravesar el puente, vio que las aguas habían subido mucho más. Se sentó a la orilla del puente para ver pasar el agua y se puso a pensar en lo sucedido aquella mañana en la escuela:
--¡Qué cosa más triste tener un alma como la de mi maestro! ¡Aborrecer a Dios y las cosas santas! Pediré a Dios que le perdone cuando haga mi Primera Comunión. Mucho tiempo hacía que aspiraba a recibir a Jesús por primera vez.