Cuentos con moraleja: "El poder curativo del bigote del león"
Volvió de la guerra con gran alegría de su mujer. Pero no era ya el mismo. Se pasaba el día sentado, la mirada perdida, brusco, sin sonreír, sin contar nada. La esposa buscó al brujo del poblado. Le expuso el caso y pidió algo que curase a su marido.
El brujo le dijo:
—Sí, lo haré, pero necesito un pelo del bigote de un león.
Ella regresó asustada a casa, pero decidió salir en busca del terrible animal. Cuando lo divisó quedó paralizada del miedo, pero el león huyó. Ella salía a la selva cada atardecer: siempre esperaba inmóvil pero cada día se aproximaba algo más. Hasta que por fin, acostumbrado el animal, se acercó y ella le dio un poco de leche. Así una y otra vez, con diferentes “regalos”.
Un día se aventuró a tocarle y el animal no huyó, ronroneando de placer por la caricia.
—Necesito algo de ti pero no deseo hacerte daño —le susurró la mujer cuando ya resultaba cercano y amigo.