4º Domingo de Pascua (A) (30 de abril de 2023)
Recordamos este domingo a Jesucristo como “el Buen Pastor”. Según Él mismo nos dice:
- “Yo soy la puerta del aprisco, el que por mí entre se salvará”.
- También nos dice que Él da su vida por sus ovejas, no como el mercenario.
- Siempre va delante de ellas enseñándoles el camino y llevándoles a buenos pastos.
- Conoce a las ovejas por su nombre.
- Las ovejas reconocen su voz y le siguen.
Jesucristo se presenta como nuestro único salvador. “Sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús” (1 Tim 2:5).
En los últimos tiempos algunas personas han pretendido borrar las aristas entre las diferentes religiones y acabar diciéndonos que lo mismo da seguir una religión que otra con tal de ser fieles a sus enseñanzas. Los que así dicen, no son sino malos pastores, mercenarios y ladrones (Jn 10:1). No conocen a sus ovejas. Se presentan como humildes corderos, cuando en realidad son lobos feroces (Mt 7:5). En algunas ocasiones, ciertas conductas y actitudes de los pastores de la Iglesia, no han hecho sino aumentar esta confusión. De tal modo que hoy día, en aras de un falso ecumenismo, se ha extendido este grave error. Todo verdadero ecumenismo ha de respetar la verdad revelada por Cristo y enseñada por la Iglesia. Si movidos por un falso deseo ecuménico olvidamos las enseñanzas de Cristo, único salvador, los resultados nunca podrán ser buenos. En lugar de formar todos un solo redil y tener a Cristo como nuestro buen pastor, todos nos habremos marchado del redil de Cristo y habremos formado una nueva iglesia, cuyo pastor no será Jesús, sino Belial.
La doctrina de Cristo es clara y no admite confusión alguna. Sólo si le seguimos a Él seremos salvos. Dicho con otras palabras más tradicionales, fuera de Cristo -y de su Iglesia- (Lc 10:16) no hay salvación posible.
Jesucristo reconoce que hay ovejas que pertenecen a otro redil; pero su deseo es que todas entren a formar parte del mismo y único redil, aquel que tiene como único pastor a Cristo Jesús. Será Él mismo quien las atraiga, y éstas oirán su voz. Sólo entonces es cuando habrá un solo rebaño y un solo pastor. (Jn 10:16)