percheles2010___2010-09-06_08.26.41.jpg

A la Virgen María

3º Domingo del T.O. (B) (21 enero 2024)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

primeros discipulos 

Mc 1: 14-20

Después de haber sido apresado Juan, vino Jesús a Galilea predicando el Evangelio de Dios, y diciendo: -El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está al llegar; convertíos y creed en el Evangelio. Y, mientras pasaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo Jesús: -Seguidme y haré que seáis pescadores de hombres. Y, al momento, dejaron las redes y le siguieron. Y pasando un poco más adelante, vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano, que estaban en la barca remendando las redes; y enseguida los llamó. Y dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se fueron tras él.

El relato de la llamada a los primeros discípulos se encuentra en los cuatro evangelios, lo cual nos permite inferir, antes aún de su lectura, que tuvo un valor significativo e importante para las primeras comunidades cristianas.

El texto evangélico, si hacemos un estudio teniendo en cuenta los cuatro evangelios paralelos, comienza describiendo en forma sintética la predicación de Jesús:

 - la gente se reunía en multitudes para escuchar a Jesús (evidentemente sus primeras curaciones habían despertado el interés del pueblo en conocerlo, ver Lc. 4, 40. 42)

- la disposición de Jesús para enseñar (los evangelios nos dan varios ejemplos de situaciones similares, una multitud que sigue a Jesús y El que les dedica tiempo para enseñarles)

- la capacidad de Jesús de "ver" en las situaciones que vive. Esta mirada atenta de Jesús, que en este relato es capaz de fijar la atención en Pedro y sus compañeros (en los cuatro relatos se aprecia esta actitud de Jesús) es una constante que aparece en su práctica. Su mirada le permite "ver" donde otros no ven y descubrir personas y situaciones relacionadas con el Reino y la voluntad de su Padre. En este caso la capacidad de "ver" a estos sencillos pescadores (¿no habría muchos otros en la costa? Sabemos que el lago era la fuente de provisión de pescado de Palestina, en sus costas se procesaba el mismo para distribuirlo hacia otras regiones) tiene como consecuencia el llamado a los primeros seguidores y la constitución de la comunidad itinerante de discípulos, una de las características más claras de la pedagogía de Jesús.

La actitud y palabras de Pedro nos permiten apreciar su proceso de fe: La vemos con detalle en el paralelo que trae San Lucas (Lc 5, 1-11) : Pedro comienza accediendo a prestar su barca a Jesús para que enseñara a la gente (vers. 3), pues se podría haber negado, ¿no estaba acaso ocupado en sus tareas cotidianas, lavando las redes? El llamado nace siempre dentro de la vida cotidiana de todos los días.

Es importante notar que la actitud de fe de Pedro se expresa con gesto y palabra. Como bien dirá Jesús en otro pasaje, "no basta con decir Señor, Señor…" para seguirlo, hace falta llevar a la práctica su mensaje (Mt. 7, 21 ) Y esto es lo que hace Pedro (y sus compañeros) finalmente.

Luego de reconocer al Señor dejan todo y lo siguen. El final de la escena es profundamente ilustrativo. No es suficiente con proclamar al Señor, también hay que vivir una actitud (constante y cotidiana) de renuncia a los propios proyectos… Ellos lo dejan todo: su oficio de pescadores (proyecto vital), su familia (afectos, en los otros textos se hace referencia a la presencia de su padre Zebedeo) y sus barcas (bienes, observar que no son bienes de lujo sino el medio de vida, los recursos materiales con los que cuentan para vivir).

El seguimiento nace de una actitud de entrega sin reservas a la persona de Jesús. Una actitud de confianza que hace vivas sus palabras. Para seguir al Señor, y andar con Él por los caminos del Reino, es necesario poner el centro de la vida en su proyecto (el Reino), y ser capaces de situar a un lado los proyectos personales, los afectos y los bienes. Si reconocemos en Él al Señor, Él debe ser el centro de la vida.