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Solemnidad de San José (19 de marzo)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Santos.

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ORACIÓN A SAN JOSÉ

San José bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no para dar fruto, sino para dar sombra. Sombra protectora de María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al que te entregaste del todo. Tu vida, tejida de trabajo y de silencio, me enseña a ser fiel en todas las situaciones; me enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad. Siete dolores y siete gozos resumen tu existencia: fueron los gozos de Cristo y María, expresión de tu donación sin límites. Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en todo momento para saber florecer allí donde la voluntad de Dios me ha plantado. Amén.

Si desea hacer el triduo a San José lo puede descargar desde este link: Triduo a San José

Cuentos con moraleja: "San José, abogado de la buena muerte"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

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El día 2 de Enero de 1884, un anciano desconocido se presentó al cura párroco de una población de Francia, pidiéndole, por favor, que fuese a ver a una enferma que se estaba muriendo. No sólo el anciano indicaba la calle, casa y número, sino que también se ofreció a acompañar al sacerdote hasta la puerta de la casa.

La calle nombrada tenía muy mala reputación, el anciano era desconocido, y la oscuridad de la noche hacía que el ministro de Dios pusiera algún reparo a la invitación del visitante; más éste le dice:

—Es preciso que usted venga, y sin tardar, porque es cuestión de administrar los santos sacramentos a una pobre mujer que está agonizando.

Después de oír eso, el sacerdote no vacila ni un momento, y, acompañado del anciano, se pone en camino para cumplir con su deber.

La puerta de la casa estaba cerrada; y aunque era la de peor aspecto de toda la calle, pensó el sacerdote que Dios vino al mundo para salvar a los pecadores, así que tiró de la campanilla… No contestaron.

5º Domingo de Cuaresma (B) (17 marzo 2024)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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Jn 12: 20-33

Unos griegos se acercaron a Felipe diciendo “…queremos ver a Jesús”

Los griegos, atraídos por lo que oían de Jesús, tenían deseos de conocerle. Los apóstoles hicieron de intermediarios entre ellos y Jesús. Esa misión ahora la cumplen la Iglesia y cada uno de sus apóstoles.

“Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna”.

Jesús está hablando de la glorificación que ocurrirá en el momento de su muerte. Sin su muerte no habría fruto. Lo mismo que el grano de trigo ha de morir para dar fruto, del mismo modo el Hijo del hombre ha de morir para que los que le siguen tengan vida eterna.

“Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le premiará”.

Jesús nos hace la invitación de seguirle. No será la primera vez. “El que quiera ser mi discípulo que lo deje todo, tome su cruz y me siga”. Seguir al Señor significa ir detrás de Él, imitarle en sus virtudes…

¿Por qué ir a Misa los domingos?

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

misa 4Una respuesta para aquellos que desean encontrar el sentido de la Santa Misa, y un estímulo para quienes la Eucaristía es el centro de su vida espiritual.
Este folleto lo puede bajar en formato pdf para imprimir aquí: ¿Por qué ir a Misa los domingos?
Pequeña historia: Una persona que, según ella, siempre iba a Misa escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que no tenía ningún sentido ir a Misa todos los domingos:
“He ido a la Iglesia por 30 años –escribía–, y en ese tiempo he escuchado algo así como unos 3,000 sermones. Pero juro por mi vida, que no puedo recordar ni uno solo de ellos. Por eso pienso que estoy perdiendo mi tiempo y los sacerdotes están perdiendo su tiempo dando sermones.”
Para el deleite del editor, esto empezó una verdadera controversia en la columna de Cartas al Editor. Y así continuó durante varias semanas hasta que alguien escribió esta nota:
“He estado casado por 30 años… Durante ese tiempo mi esposa me ha cocinado unas 32,000 comidas. Pero juro por mi vida, que no puedo recordar el menú entero de todas esas comidas. Pero sé una cosa: Esas comidas me nutrieron y me dieron la fuerza necesaria para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me hubiera dado todas esas comidas, estaría físicamente muerto hoy. Igualmente, estaría espiritualmente muerto hoy si no hubiera ido a la Iglesia para nutrirme.”